La defoliación es mucho más que cortar hojas: es una técnica para redirigir la energía de la planta hacia los brotes que realmente importan, mejorar la estructura del cultivo y potenciar la producción. 🍃
Cada hoja grande consume energía y puede bloquear luz o ventilación. Al retirarlas estratégicamente, la planta concentra su fuerza en los apicales principales y mejora la penetración lumínica en las zonas bajas.
Además, en la etapa vegetativa, defoliar te permite ver la estructura real de la planta: entre tanto verde, es difícil saber cuántos brotes tienes o cómo se reparte la luz. Es una forma práctica de ordenar el crecimiento y planificar entrenamientos como poda apical o SCROG.
En cultivos indoor, donde el espacio y la ventilación son limitados, la defoliación es parte del manejo estructural. Cada vez que veas que el follaje satura el espacio o dificulta la circulación de aire, es momento de defoliar. No temas si la planta queda “como pollo sin plumas”: con buen VPD y riegos controlados, en una semana estará llena de hojas nuevas.
La defoliación debe hacerse de una sola vez, no en partes. Así la planta asimila el estrés en un solo evento y se recupera más rápido.
Al defoliar correctamente:
En floración, esto se traduce en flores más densas, resinosas y uniformes.
Con un entorno estable y buen riego (aprende más sobre riego aquí), la planta se repone en pocos días, incluso más vigorosa que antes.
La defoliación es una técnica de estructura y control. Permite que la luz penetre, mejora el aire, evita hongos y dirige la energía a los brotes que más rinden. Si manejas bien tu VPD y tus riegos, verás cómo la planta responde con fuerza y vitalidad.
🍃 Cultiva sencillo, cultiva Nostress. 💚
